lunes, 4 de mayo de 2009

Noches de infierno

En Moscú, cuando dormías no dormías. En Novosibirsk no lo sabíamos, pero tampoco dormías cuando estabas en la casa cuna. Te automecías con tanta fuerza cada media hora que desplazabas la cuna de pared a pared de la habitación que compartíamos.
Con el rostro torturado, en la cuna descargabas tu ira contra la vida. Te rascabas hasta arrancarte la piel. Te hacías heridas de sangre en los muslos y en las orejas y tenías un dedo hecho polvo de tanto mordértelo. -Este niño tiene granitos. Nos decíamos. -Este niño debe tener alguna alergia. Será el pijama, será el zumo o la lleche que le hemos dado? Este niño tiene tics. Y no. Este niño tenía sarna, en terminología médica escabiosis por sarcoptes scabiei, que escava túneles bajo la piel, entra y sale para alimentarse de piel muerta y se manifiesta especialmente por la noche con picores tant intensos que agrían el carácter. Un cielo de día, precioso, hemos vivido contigo y un infierno de noche.
Y
La foto: vista microscópica del sarcoptes scabiei bajada de

No hay comentarios: