viernes, 27 de febrero de 2009

¡Maldito posiblemente!


Cuando emprendes el camino de una adopción nunca tienes certeza alguna sobre el estado o sobre el fin de tus trámites. Oyes por allí, te dicen, lees por allá, te comunican, te enteras de que hay obstáculos, que hay parones, que cambian las leyes y los ministerios, funcionarias y funcionarios, jueces y juezas, fiscales, que se modifican los tratados entre estados. Y no sabes que contrariedad o contrariedades te sobrevendrán.
La espera te obliga a blindar la esperanza como un tanque, a estas alturas muy abollado pero sin grieta alguna.

A Matilde, ante la noticia del aplazamiento del juicio que le ha de permitir ser madre.

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